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El origen del perfume también tiene su historia

Para quienes los aprecian por sus características, los perfumes suelen ser unas auténticas joyas como es el caso de equivalencia de perfumes Yodeyma, y es la razón por la que siempre han ocupado un lugar de gran privilegio haciendo más agradable la vida de quienes deciden llevarlo y también con aquellos con los que se relaciona. 

Con la idea primordial de encontrar las mejores fórmulas con las que sea posible responder a los deseos y gustos del momento, los llamados maestros perfumistas, también conocidos con el nombre de “Nariz”, tienden a dedicar su vida a encontrar nuevas materias primas, para emplear su inspiración pasando largas jornadas con distintas mezclas de esencias, hasta desplegar su creatividad y con ello crear auténticas obras de arte con las que buscan perdurar en el tiempo y en la memoria de las personas haciendo sentir mejor a quien las lleva a través de las marcas de perfumes. 

Los expertos en psicología opinan que el uso de estas ricas esencias aumenta la autoestima y favorece las relaciones sociales, por eso marcas como Yodeyma tiene una tabla Yodeyma equivalencias, para tener variedad para todos los gustos. Una persona se perfuma para encontrarse bien consigo mismo y también con los demás. 

Es un elemento relevante de la personalidad, de ahí la gran variedad de perfumes que se adapta a todo tipo de persona y a las diferentes emociones que busca transmitir: seguridad, sensualidad, empoderamiento… con una proyección mayor de lo que puede parecer a primera vista. Para apoyar esta afirmación basta recordar la importancia del perfume a lo largo de la Historia y en todas las civilizaciones. 

El orígen del perfume 

En líneas generales, este hecho le es atribuido a la época en la que vivieron los egipcios, pero la verdad es que este origen se remonta a mucho más tiempo atrás, es decir a la Edad de Piedra, cuando los hombres quemaban maderas aromáticas y resinas de las que se desprendía un olor que era agradable a fin de complacer con  dicho humo a sus divinidades.

Esta manera de lograr aromas a través del humo al quemar maderas o inciensos, “per fumum” en latín, es la que dio lugar más tarde al término que ahora conocemos como “perfume”.

Mesopotamia y también Egipto fueron partícipes

A medida que transcurre el tiempo, algunas aldeas neolíticas se fueron transformando en ciudades, sobre todo las que se encontraban cercanas a las cuencas de los grandes ríos, como con sucedo Mesopotamia, que se ubicaba entre los ríos Tigris y Eufrates, mientras que Egipto, se halla a las orillas del río Nilo.

En Mesopotamia, en torno al año 3.500 a.C., los sumerios llegaron a constituir una civilización por demás avanzada, desarrollando canales y diques, agricultura, un sistema de escritura, además de ungüentos y perfumes, que vale destacar, de estos no perduró mucha documentación, aunque se sabe que en Mesopotamia existía una perfumería que se encargaba de elaborar esencias para usar en rituales y personal.